Si todavía eres de aquellos que se pasan la mañana preguntándose en la oficina si aquel vestido que tomó las redes sociales era negro y azul y blanco dorado, tengo una noticia para ti… tienes que pasar página y modernizarte. Y es que, aquella ilusión óptica ya está totalmente pasada de moda y ahora, en pleno noviembre, lo que está triunfando en las redes sociales es una imagen que, según afirman varios medios internacionales como el «Mail Online», «hackea» tu cerebro haciendo que veas colores que realmente no están en la fotografía. abc.es
Si quieres demostrar como es posible que el dibujo anterior haga que tu cerebro discierna cosas que realmente no están frente a ti, no tienes más que mirar el punto azul central de la imagen superior durante aproximadamente 30 segundos (tampoco es necesario medirlos con un cronómetro, pero es aconsejable que el tiempo ronde el medio minuto). Posteriormente, no tienes más que bajar los ojos hacia la misma instantánea que hay en la parte inferior y que, en principio, está realizada en blanco y negro.
En ese momento, y durante unos segundos, podrás ver como los grises, blancos y negros de esta imagen toman color. El campo se vuelve verde y marrón, el castillo adquiere cierto tono de piedra… ¿Eres capaz de verlo? Si aún no puedes no te preocupes, sigue intentándolo, pues a veces cuesta un poco. La razón, aparentemente, es sencilla. Todo se debe a que las células de nuestro ojo que ven los colores en la primera imagen «guuardan» esos tonos en nuestro cerebro y, posteriormente, rellenan la segunda imagen.
Según explican en este diario británico, este tipo de colores que aparecen de la nada son provocados por unas células llamadas ganglionares, las cuales hacen que el cerebro perciba lo que le rodea mediante la identificación de colores primarios. Esta información es transmitida desde la parte posterior del ojo al cerebro a través de tres canales neuronales. El primero es el canal de los colores blanco, negro y gris. El segundo es el del color rojo y verde y, finalmente, el tercero es el de los colores amarillo y azul. Al menos, así lo ha explicado al «Daily Mail» el físico Helen Czerski, de la Universidad de Londres.
Así pues, cuando se produce cierta fatiga visual apreciando colores como (en este caso) rojos y amarillos y se posa la mirada sobre un fondo de tonos blancos y negros, los tonos del resto de canales se «activan» y se perciben de una forma más fuerte. Esto hace que la imagen inferior actúe como un negativo de la primera. El proceso, concretamente, es conocido como «imagen residual».
fuente: pamela
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