Historia de la quinta MAIDA en Barquisimeto

9:39:00 p. m.
Según los escritos del cronista Don Fulgencio Orellana, la famosa Quinta Maida ubicada a un lado del parque Ayacucho de Barquisimeto, también conocida como "la casa del misterio", fue ordenada a construir en 1921 por Don Carmelo Gimenez, un comerciante natural de Yaritagua que se había enriquecido con el éxito de su empresa "Mercantiles El Globo".
El adinerado comerciante deseaba un hogar similar a las casas de las afueras de París, dado que se había obsesionado con una bailarina francesa que vino a Barquisimeto con la compañía de Filo Vagontier. Se rumorea para aquella época que el mismo Don Carmelo contrató un arquitecto francés para dirigir la obra.
Al terminarse la casa a mediados de 1922, Don Carmelo se la ofreció a la deseada bailarina, y con ella estuvo unos meses allí hasta que la dama se fue a París para mas nunca regresar. Despechado y arruinado, el comerciante se dispuso alquilarla para aquellas familias acomodadas de Barquisimeto. El cañicultor Don Cruz Maria Yepes Gil y su esposa Yuya, fueron los primeros que accedieron alquilar este inmueble por su belleza vegetal, los finos acabados, y por el esplendor del mobiliario que tenía en su interior.
Es Don Cruz María quien decide comprar la casa en 1928 para obsequiársela a su esposa, y así mudarse a la meseta de la ciudad pues hasta ese entonces vivían en una hacienda de los valles del Turbio. Sus dos hijos Edgar y Beyla se mudaron con ellos, y en 1935 nace su hija Mayda, la única persona que llegó ver nacer esta casa, razón por la cual bautizaron la misma con un nombre similar: "Quinta Maida".
Dos grandes bodas de la época se celebraron en esa casa. La primera fue la de la hija mayor Beyla con el abogado Raul Castillo Fernandez, la cual se efectuó durante la noche con toda la huerta iluminada, mas la presencia de 2500 invitados, y los festejos que se trajeron desde Caracas.
La segunda y última boda fue la del matrimonio de Mayda con el abogado Romulo Moncada Colmenares, oriundo del Táchira. Fue realizada a plena luz del día pero igual de fastuosa, ya que la casa poseía en sus alrededores las más hermosas arboledas de la región.
La historia de la casa se torna gris por el asesinato de un empleado a manos de otro durante los años 60. Se sabe que fue el mayordomo de los Yepes Gil quien apuñaló con un cuchillo a un albañil que gustaba realizar actos de ocultismo durante la noche.
Don Cruz María obligó a toda su familia a volver a vivir en la hacienda para tratar de olvidar tan horrendo crimen, así también protegerlos de cualquier mala intención de parte de sus empleados.
Con el fallecimiento de Don Cruz María a mediados de los 70, Doña Yuya regresa para habitar la casa, donde permaneció hasta 1981.
Fue la viuda Yuya quién aseguró que la casa se había llenado de espíritus malignos, motivo por el cual se mudó a un sitio mas acogedor de la ciudad, traspasando la propiedad a su hijo Edgar Yepes.
El Sr. Edgar Yepes habitó la casa por un período más corto que su madre, alegó que en ella si vivía un alma atormentada, y que "el sonido de carretas y caballos durante la noche no lo dejaban dormir". A mediados de los años 90 la coloca a la venta ya que nadie de su familia deseaba volver habitar el inmueble, y por otro lado el gobierno socialista de Carlos Andrés Pérez lo amenazó con expropiarle el terreno para anexarla al parque Ayacucho.
El Sr. Edgar Yepes logró un acuerdo con la corporación del proyecto Denu Park, y les otorgó un permiso por escrito donde él autorizaba la demolición de la casa para que construyeran sobre ella dos enormes torres habitacionales.
Fue al poco tiempo de concretarse la compra entre ambas partes cuando la casa fue invadida por seguidores del entonces presidente socialista Hugo Chavez, los cuales pidieron la expropiación inmediata del inmueble para la construcción de viviendas dignas.
Los invasores y los buhoneros que se instalaron en los alrededores de la quinta, destruyeron y desgastaron la infraestructura interna, apenas conservada por el Sr. Edgar Yepes.
Tras una extensa serie de conflictos y denuncias entre los habitantes de la zona, alcaldía, tribunales, consejos, y representantes de los poderes estatales, los invasores fueron desalojados a mediados de 2010 para que la corporación del proyecto Denu Park realizara labores de limpieza, y vendiera el inmueble otra vez.
El estado no compró el inmueble y el proyecto Denu Park fue cancelado por una resolución, permanecen como propietarios los de la misma corporación pero la sentencia de un Juez les obliga a vender la parcela sin tocar la casa. Hasta el día de hoy sigue a la venta, hay quienes proponen restaurarla para convertirla en un museo, pero no existe interés alguno por parte de ningún inversionista u organismo nacional para ejecutar dicho proyecto.

Share this

Related Posts

Previous
Next Post »