Diez x Uno: Mérida el reencuentro con Venezuela por @ReinaldoPulido

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1. Mérida el reencuentro con Venezuela: Como parte de la Junta Directiva de @Avemarep, atendimos la amable invitación que nos hicieran colegas de la industria de los viajes, a visitar este destino venezolano y conocer sus servicios y propuestas. El viaje sirvió para que nos reencontráramos con el país, con el destino, pero sobre todo con las ganas de crecer, de echar para adelante, sirvió para encontrarnos con la esencia del venezolano emprendedor, que no se amilana, y que sigue contra todo pronóstico. Eso fue lo que me encontré en Mérida.

2. La Cima está a un Apice: La invitación a Mérida fue por parte de un grupo de posaderos, así como de dos compañías de turismo que fueron las encargadas de toda la logística del viaje. Estas personas se esmeraron que todo resultara adecuadamente y lo lograron muy bien. Esas empresas son Cima Tours y Ápice Tours, de las amigas Alicia y María Elena. Se las recomiendo ampliamente, cuentan con todo el conocimiento de cómo se debe atender un pasajero, desde el día que llegan al aeropuerto hasta el día que se van. Gente muy preocupada por sus servicios. Visiten http://ift.tt/1l2Gt0y/

3. Gente que trabaja bonito: La primera posada que visitamos fue La Chapeta. Una muy bonita y acogedora posada donde se nota la presencia de sus dueños en los detalles, colores, mobiliario. Gente que se vino a Mérida buscando cambios y lo lograron. Allí disfrutamos de un suculento almuerzo y un recibimiento y tratamiento genial. La posada es perfecta para ser tomada por una familia numerosa. Las habitaciones cuentan con todos los servicios. Y la ubicación también es muy buena. Felicitaciones a Liliana y Héctor, por tener esa posada tan bien llevada. Más datos acá http://ift.tt/1QstJxi

4. Desde lo alto sobre Tabay: También pudimos visitar y disfrutar de las instalaciones de Cabañas Mucurutay, en San Rafael de Tabay o mejor dicho en las alturas de Tabay, ya que las instalaciones se encuentran muy pero muy arriba a 1900 msnm, logrando una vista de la zona increíble. Ésta es una propuesta amplia, con 17 cabañas que parecen realmente casas, todas equipadas con lo necesario. Ubicadas en un extensísimo terreno, ofrecen la posibilidad de disfrutar la naturaleza en todos los aspectos y claro está, el clima. También cuentan con un restaurante muy bueno, donde disfrutamos una riquísima cena. Además tienen un enorme salón para eventos, donde se pueden celebrar matrimonios, eventos corporativos, etc. También vayan las felicitaciones a Evelyn y Miguel Angel por este emprendimiento. Más información www.mucuratay.com

5. Gente que atiende gente: Nos hospedamos gracias a la gentil invitación de sus dueños, en una posada que realmente es una estancia, llamada Xinia y Peter. El slogan de ellos dice: Alojamiento, Gastronomía y Arte. Y eso es exactamente lo que uno encontrará acá. Me habían dicho que era un excelente producto y eso es lo que es. Las instalaciones son de primera. El servicio excelente. Y la gastronomía no creíble. De verdad ésta fue otra gratísima sorpresa, en este sabroso viaje a Mérida. En este lugar los detalles no fueron dejados al azar. En cada esquina o rincón hay algo que ver, hay un mensaje. La estancia tiene vida propia, hacia donde voltees hay una visual interesante. Pero diría yo que los más importantes en todo esto son sus dueños, los famosos Xinia y Peter, gente que armó esto con las uñas y que nos recuerda la máxima de “querer es poder”. La mística del equipo de trabajo de ellos, es de analizar. Habitaciones súper bien montadas. Áreas y estares que no pueden ser más atractivos. Las paredes hablan mucho, gracias a todos los detalles que de ellas cuelgan. Y la comida es un viaje del paladar que no se lo crearán. Ellos son un emblema de la industria turística local y nacional. Más info por http://ift.tt/1l2Gth4

6. Entre vacas, toros y cabras: Gracias a una invitación de la familia Montilla, propietarios de los famosos parques temáticos de Mérida, pudimos unos regresar y otros por primera vez, visitar el simpático parque de “La Venezuela de Antier”. Como no teníamos mucho tiempo, fuimos directo a lo más alto de esta extensa propiedad, para conocer la nueva sección llamada “Yaracuy Parque Agroturistico”, lo que resultó ser una muy interesante experiencia donde a lo largo de diferentes puntos, pudimos conocer el proceso de extracción del semen, la inseminación del ganado, así como visita a una granja de cabras con su respectiva producción de quesos, jabones y muchos más. De verdad una experiencia más que interesante. Esta visita también le da a uno un campanazo, en cuanto a aquello de que la gente sigue pa’ lante en Venezuela, como sea.http://ift.tt/1DGgmni

7. El páramo y su casa: Una sorpresa fue visitar en Apartaderos un singular lugar que funge de galería de arte con cientos de piezas de artistas locales y nacionales, así como un simpático restaurante, muy acogedor, con un jardín central, fogata y demás. De verdad me gustó mucho el sitio. Uno llega, pasea por diferentes salas, viendo la oferta artística que por cierto es extensísima, de todo tipo de artistas y propuestas. Luego pueden sentarse a tomar un café o comer. El restaurante funciona solo en temporada alta. El sitio se llama “La Casa del Páramo”.

8. Visitas obligadas en Mérida: Por supuesto la visita a Mérida también contó con paseos y visitas, a punto de interés obligatorio para disfrutarlos al máximo: Apartaderos, Pico el Águila, El Nido del Cóndor, El Páramo, y así tantos y tantos lugares que ver, palpar. Sobre todo la calidez de la gente que sigue siendo muy abierta y dispuesta a atender. Ah! en el páramo busquen el Ponche Coco… Se me olvidaba! Otra visita obligada es el Mercado Principal de Mérida, donde hay que dedicarle un buen rato, para ver artesanía, pero sobre todo las cosas autóctonas de la zona y que tanto nos gustan, el queso ahumado, las mermeladas, ponches como el de Don José y mucho más. Vaya y no sea toche!.

9. La laguna que en silencio habla: La Laguna de Mucubají, es una alternativa más que importante para encontrarse con la naturaleza y su entorno. Al llegar nos encontramos con unos 9 grados centígrados y una gélida brisa. Y el momento fue especial. Creo que sería adecuado llegar, sentarse y no hablar, disfrutar de algo que pocos conocemos en las grandes ciudades…el silencio y la naturaleza.