Río de Janeiro ofrecerá al medio millón de visitantes extranjeros esperados en los Juegos Olímpicos de 2016 un aeropuerto de nivel internacional, muy superior a la obsoleta terminal de la que los habitantes de la ciudad más emblemática de Brasil decían avergonzarse, dijeron hoy a Efe sus administradores.
Las inversiones por 2.000 millones de reales (unos 500 millones de dólares) realizadas en el último año por el consorcio que se adjudicó la operación del aeropuerto internacional de Río en 2013 permitirán que la terminal ya no sea el blanco de las principales críticas de quienes visitan la meca turística de Brasil.
“Inauguraremos en abril de 2016 el aeropuerto que Río de Janeiro merece”, dijo a Efe Luiz Rocha, presidente de RIOgaleão, el consorcio que administra el aeropuerto internacional Antônio Carlos Jobim, más conocido como Galeão, y que tiene como socios al grupo brasileño Odebrecht (60 %) y al operador singapurés de aeropuertos Changi (40 %).
La ampliación prevé la construcción de un nuevo muelle con 26 puertas de embarque y de un edificio-garaje de siete plantas con cupo para 2.700 autos, así como la total modernización de las dos terminales hoy existentes, que cuentan con 33 puertas de embarque.
“Será un aeropuerto totalmente nuevo, con un concepto diferente, moderno y de nivel internacional. No tendrá los lujos de los grandes aeropuertos europeos pero sí la funcionalidad y la comodidad de terminales de primer nivel”, dijo el ejecutivo en una visita de Efe a las obras.
Las reformas están en un 70 % concluidas y se encuentran en su fase pico con 6.000 obreros relevándose durante las 24 horas del día.
Las obras permitirán que el aeropuerto, que hoy tiene capacidad para atender a 18 millones de pasajeros al año en sus 33 puertas de embarque, alcance en abril una capacidad para 35 millones de pasajeros en sus 59 puertas.
Además, una futura modernización con inversión prevista de 3.200 millones de reales (800 millones de dólares) elevará la capacidad a 80 millones de pasajeros en 2039, cuando concluye la concesión.
La Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac, regulador) de Brasil calcula que la demanda del Galeão saltará de los 17 millones de pasajeros en 2014 a unos 60 millones en 2038.
Comparativamente, el aeropuerto internacional de Sao Paulo, el de mayor movimiento de Brasil y que atiende la ciudad más poblada de Suramérica, alcanzó una capacidad de 50 millones de pasajeros con la inauguración hace un año de su tercera terminal, pero carece de espacio para una nueva ampliación.
La ampliación lograda hasta ahora permitió que Lufthansa pasara a volar diariamente desde Fráncfort y la llegada de nuevas aerolíneas, como Air Canadá, Edelweiss y Cóndor.
El nuevo muelle, con 100.000 metros cuadrados, contará con 14 pasillos rodantes, seis escaleras eléctricas y 14 elevadores, así como con 8.000 metros cuadrados para tiendas libres de impuestos.
Tres de sus 26 puertas de embarque tendrán capacidad para atender a los mayores aviones del mundo (Airbus A-380 y Boeing 747-8), lo que convierten al aeropuerto de Río en el primero en Brasil certificado para despegues y aterrizajes de ambas aeronaves.
El Galeão tendrá 30.000 metros cuadrados para nuevos comercios y dos hoteles con 250 cuartos, uno de ellos cuatro estrellas.
El plan también prevé la completa modernización de los sistemas de inspección de equipajes, energía, aire acondicionado y sonido.
Las reformas buscan atender las reclamaciones récord que recibía el aeropuerto, principalmente por el mal estado de sus baños, las elevadas temperaturas, los elevadores y pasillos rodantes fuera de funcionamiento y la falta de restaurantes y estacionamientos.
En el último sondeo trimestral entre pasajeros realizado por el Gobierno, el Galeão, incluso con las incomodidades generadas por las obras, obtuvo una nota de 4,13 (sobre 5), lo que le permitió subir del lugar 13 hasta el 9 entre los aeropuertos mejor valorados de Brasil.
“La percepción de los pasajeros comenzó a reflejar las mejorías. El mes pasado tuvimos el menor índice de quejas y el mayor número de elogios. Y en abril esperamos eliminar las reclamaciones”, dijo Rocha.
El ejecutivo afirmó que las obras permitirán que el Galeão asuma sin problema la mayor parte de los vuelos de Río durante los Juegos Olímpicos, cuando los otros aeropuertos de la ciudad tendrán que cerrar varias horas diarias por exigencias del evento.
Rocha no teme una caída del transporte aéreo por la actual crisis brasileña, cuya economía entró en recesión.
“Nuestras inversiones fueron a largo plazo. Lo que perdamos ahora lo recuperaremos cuando la economía esté mejor. La visibilidad que Río tendrá en los Olímpicos ayudará a aumentar el flujo”, dijo el directivo tras admitir que el número de pasajeros domésticos en agosto cayó un 4 %. EFE
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