Desde la entrada en vigencia de la resolución que prohíbe la venta de armas de fuego y municiones en el territorio
venezolano, se ha incrementado la venta ilícita de éstos artículos, facilitando la adquisición por parte de delincuentes.
Con información de versionfinal.com.ve
Las armerías del país dejaron de comercializar armas de fuego y proyectiles en junio del 2012; desde entonces, pasó
a supervisión y control de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares C.A. (CAVIM).
Esta medida tiene como propósito desarmar a la población, por lo que solo se autoriza la venta a los cuerpos policiales, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y las empresas de seguridad que estén debidamente registradas ante el Ministerio de Relaciones Interiores, así como a los deportistas que practican tiro deportivo
y la Universidad Nacional Experimental de Seguridad (UNES).
La decisión ha traído como consecuencia un incremento importante del mercado ilícito, en el que se comercializan tanto armas de fuego como municiones en el país. Los delincuentes de los diferentes estados venezolanos adquieren su armamento al precio que sea necesario.
El criminólogo zuliano William Simancas Rojas, explicó que la delincuencia organizada se las ha ingeniado para fabricar y distribuir balas. “Hay laboratorios supuestamente en los montes y llanuras venezolanos, donde no llega la población, donde fabrican los proyectiles de distintos calibres para las diferentes armas de fuego”, comentó sumando además las zonas fronterizas.
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Fuente: María Virginia
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