Aunque la legislación fue firmada por el entonces presidente demócrata Woodrow Wilson en 1916, se considera a Theodore Roosevelt (1901-1909), un republicano, como el gran impulsor en la conservación de los espacios naturales y protección de la fauna salvaje.
Durante su visita a Yosemite (California) en 1903, tras la que aprobó ampliar su extensión bajo protección federal, Roosevelt subrayó que acampar en el parque fue “como tumbarse en una gran y solemne catedral, mucho más fascinante y hermosa que cualquiera construida por la mano del hombre”.
Para celebrar el cumpleaños, la secretaria de Interior, Sally Jewell, dará hoy comienzo a los actos de conmemoración en el Parque de Yellowstone (que engloba partes de Wyoming, Idaho y Montana), el primero espacio en ser consagrado como Parque Nacional en 1872.
Jewell realizará una caminata, acompañada precisamente por Theodore Roosevelt V, biznieto del presidente “conservacionista”, y este fin de semana todos los parques del país tendrán acceso gratuito.
Un siglo después, “la mejor idea de EE.UU.”, como la bautizó el historiador Wallace Stegner, abarca 340.000 kilómetros cuadrados en 400 espacios naturales de los 50 estados del país.
Desde el inconmensurable Wrangell-St. Elias en Alaska, el mayor del país y cuya superficie está cubierta en un tercio por glaciares, hasta el diminuto conjunto de islas del de Dry Tortugas en los Cayos de Florida, los parques nacionales de EE.UU. son un tesoro natural que atrae a visitantes de todo el mundo.
En 2016, se espera un total de 330 millones de visitas, una cifra récord.
Los principales destinos son el de la Great Smoky Mountain (Carolina del Norte y Tennessee) con cerca de 10 millones al año; seguido por el de Grand Canyon (Arizona), con 5 millones, y el californiano de Yosemite, con 4 millones.
Sin embargo, y pese a su belleza y majestuosidad, los Parques Nacionales, protegidos por el Gobierno federal, no escapan a las presiones económicas y políticas de la actualidad.
En 2015, un grupo de congresistas republicanos trató de redefinir la ley para transferir parte de la superficie a los estados y permitir la exploración petrolera y de gas en estos terrenos, algo que no salió adelante, pero que sigue estando en la agenda política.
Asimismo, su presupuesto se ha visto congelado en la última década y ha habido intentos por parte de grupos de rancheros constituidos en milicias armadas de utilizar tierras de estos parques para que sus reses puedan pastar al criticar la intromisión del Gobierno federal, como un reciente enfrentamiento en Oregón que se saldó con un ranchero fallecido.
Jewell ha cargado contra este “movimiento extremista” que amenaza con “vender áreas que pertenecen a todos los estadounidenses para lograr un beneficio a corto plazo”.
“Han estimulado voces peligrosas que rechazan el Estado de derecho y (…) fallan a la hora de apreciar lo profundamente democrático y estadounidense que son nuestros parques nacionales”, apuntó Jewell.
En este sentido, adquieren un sentido especialmente profético, las palabras de Roosevelt en 1908.
“Nos hemos hecho grandes gracias al uso generoso de nuestros recursos. Pero ha llegado el momento de preguntarnos seriamente que ocurrirá cuando los bosques, el carbón, el hierro y el gas se hayan agotados”, aseguró entonces.
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